En este juego perverso, o cualquier otro juego de azar, antes de tirar los dados, hacer una apuesta, un sorteo, etc. Se siente una sensación de ansiedad. El corazón va a cien por hora y te va comiendo por dentro las ganas de saber que saldrá. Bien eso es lo que nos pasa a todos los bodegueros antes de vendimia.
Después de un verano Sahariano, en el que llovió más en Marte que aquí. En gran cantidad de viñas no llegó la vegetación a la mitad de la espaldera. La cubierta vegetal que cubre el suelo de nuestros viñedos se secó en junio. Tampoco es que hubiera mucha ,después de una inexistente primavera. El invierno continuó hasta bien entrado Abril, con heladas. En Mayo y Junio la lluvia fría y el mildiu atacaron en floración mermando los mini racimos que asomaban. Luego a finales Julio y principios de agosto unas fugaces a la vez que crueles tormentas veraniegas descargaron el agua en forma de granizo. Zonas como la zona sur del Avia, Castrelo de miño y Arnoia podían sacar la mano por la ventana y llenar la copa con cubitos de hielo y servirse un gin tonic. Esa fue la única ventaja, sumado a la de ahorrarse la poda. La realidad pámpanos, hojas y racimos en el suelo y perdidas casi totales de cosecha y problemas para tener madera en la poda. En el norte de la D.O no nos afectó, al igual que el cruel Black root, enfermedad parecida al mildiu en la forma de actuar. Esta enfermedad que apareció hace algunos años de forma tímida y de nula repercusión. Dejaba unas motitas negras en las hojas, a las que nadie daba importancia. Esa enfermedad arrasó la zona media y sur de la D.O. hace algunos años bajo el disfraz de " mildiu larvado". Un mildiu malvado al que los productos fitosanitarios no hacían efecto. Este año atacó de nuevo, volviéndose a escuchar solo tal materia activa lo cura.
Este año se ha llevado por delante los viñedos de Bernardo y saldrán muy poquitas botellas de Issué.
En el norte, nos salvamos. Por algo Gomariz, es Gomariz. Ni granizo, ni black root, nuestras uvitas siguen en eco y bio tan felices.
El pero, un terrorista incendiario (Eso si es terrorismo, afecta a todos, perdida de suelo, masa vegetal productora de oxigeno, fijadora de CO2, causa muertes y atenta contra el paisaje que es patrimonio de todos), nos quemó una viña. Aprovechando la cubierta vegetal seca que cubría el suelo y casi se lleva por delante la casa de un vecino. La gente solo tiene constancia de lo que es el fuego cuando amenaza sus casas,. La permisividad de la gente con el fuego es asombrosa, mientras no les toque a ellos da igual lo que se queme. Se acerca todo el mundo ensimismados con el espectáculo, morbosos, atrapados por su encanto, como en una chimenea.
La sequía ha provocado que este año las plantas se pararan, no hay agua para seguir el ciclo. Al coche se le acabó la gasolina, hasta que llueva algo se queda donde está. Si le sumamos el retraso por no haber primavera, este año vendimiaremos en octubre. El riesgo de siempre, octubre lluvia. Aquí vienen las lluvias a ayudar o a estropear lo que hay. Cuando paren unos días de espera para que se seque y las plantas pierdan el agua y todo para adentro. Antes de que la botrytis arranque, por que reventarán muchas uvas antes secas y ahora encharcadas de agua.
Es un juego perverso, en que cada año empiezas con unas papeletas en forma de promesa de uvas y que se van escurriendo entre las manos. Juegas como quieras, arriesgando (eco, bio, etc) ó a lo seguro (sistémicos, herbicidas, riego,etc). El resultado será en relación al valor de la apuesta que hace cada uno.
El premio, ¿quien sabe?
1 comentarios:
Vaya panorama que pintas, que no es muy distinto del de otros que conozco en otras zonas. Año difícil, clima que no ayudó. Eso sí: sin más comentarios sobre lo del fuego. No se quedará atrapado dentro alguna vez el causante, hombre.
Ánimo pese a todo. Seguro que podéis sacar adelante vinos dignos en circunstancias adversas. Y los disfrutaremos.
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